30 de abril de 2008

todas las muertes

[la muerte en plural, qué bonito suena] Estaba pensando en lo extraño que me resulta darme cuenta que no todos tenemos las mismas experiencias con la muerte. Que yo, a mis 22 años recién por cumplir (el domingo) llevo a cuestas cuatro muertos importantes (me gusta pensarlos como mis guardianes), mientras que alguna chica unos años mayor me contó que nunca había ido a un velorio de familia, que nunca se le ha muerto algún pariente, ni un amigo, ni nadie querido.
Cuánto significado adquieren este tipo de experiencias o este tipo de no-experiencias en la propia vida. La forma de ver las cosas se torna distinta, no mejor ni peor, simplemente distinta, marcada por esas muertes.
Y sí, de hecho todo esto se me viene a la mente ahora y no el mes pasado: ahora que cumplo 22. Como quien dice, el cumpleaños es una fecha para pensar en la renovación de la vida y, por qué no, en la muerte. Recuerdo cuando estaba por salir del colegio y nos pidieron escribir una frase. Recontra flora, yo escribo "la vida es un camino a la muerte". Las profes se paltean, yo me siento tontamente interesante y filósofa. Ahora leo a uno de nuestros más geniales escritores, Ribeyro:
¡Con qué irresponsabilidad vive la gente! Al mirar por mi ventana, veo a un hombre que cruza la pista con un pan, una muchacha llevando un perrito, un viejo cargando un paquete, un peatón que luego de vacilar elige un itinerario, una pareja de jóvenes abrazados, un piloto al volante de un veloz automóvil. Despreocupados, indiferentes, vacan a sus ocupaciones, sus rutinas, sus errores, sus deleites o sus vicios. ¿Ignoran acaso que no hollan terreno seguro, que vivimos en permanente toque de queda, que a la vuelta de cada esquina los acecha lo invencible? No han meditado seguramente la frase de La Celestina: "La muerte nos sigue y nos rodea y hacia su bandera nos acercamos, según natura." (Prosas Apátridas)

Ayer me quedé viendo los clips de Nubeluz en youtube, me morí de la pena al ver a Mónica Santa María. Esta debe haber sido la primera experiencia de muerte de toda nuestra generación. Yo era muy chica pero igual recuerdo que a partir de ese momento dejé de ver nubeluz como antes, ya no me afanaba tanto. El programa ya no fue lo mismo, o crecí, simplemente. Difícil saberlo. Tan difícil como imaginarme a punto de morir: puedo imaginarme vieja, anciana, pero no puedo imaginar lo que sentiría si me dicen que voy a morir en unas semanas. No es que me de miedo [en realidad creo que me aterra], es solo que no puedo imaginar lo que sentiría. Probablemente tampoco lo he intentado mucho, ¿Para qué intentarlo? finalmente llegaré y lo podré sentir. No son ideas tristes ni malditas ni nada, es solo una reflexión de cumpleaños. Se vive en borrador, dicen. Pero creo que lo más difícil es saber que también se muere en borrador.

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